II
Frecuentemente, para divertirse, los tripulantes
Capturan albatros, enormes pájaros de los mares,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío deslizándose sobre los abismos amargos.
Apenas los han depositado sobre la cubierta,
Esos reyes del azur, torpes y temidos,
Dejan lastimosamente sus grandes alas blancas
Como remos arrastrar a sus costados.
Ese viajero alado, ¡cuan torpe y flojo es!
Él, no ha mucho tan bello, ¡qué cómico y feo!
¡Uno tortura su pico con una pipa,
El otro remeda, cojeando, del inválido el vuelo!
El Poeta se asemeja al príncipe de las nubes
Que frecuenta la tempestad y se ríe del arquero;
Exiliado sobre el suelo en medio de la grita,
Sus alas de gigante le impiden marchar.
1859.
IV
CORRESPONDENCIAS
La Natura es un templo donde vividos pilares
Dejan, a veces, brotar confusas palabras;
El hombre pasa a través de bosques de símbolos
que lo observan con miradas familiares.
Como prolongados ecos que de lejos se confunden
En una tenebrosa y profunda unidad,
Vasta como la noche y como la claridad,
Los perfumes, los colores y los sonidos se responden.
Hay perfumes frescos como carnes de niños,
Suaves cual los oboes, verdes como las praderas,
Y otros, corrompidos, ricos y triunfantes,
Que tienen la expansión de cosas infinitas,
Como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso,
Que cantan los transportes del espíritu y de los sentidos.
1857
XXXI
EL VAMPIRO
Tú que, como una cuchillada,
En mi corazón doliente has entrado;
Tú que, fuerte como un tropel
De demonios, llegas, loca y adornada,
De mi espíritu humillado
Haces tu lecho y tu imperio,
—Infame a quien estoy ligado,
Como el forzado a la cadena,
Como al juego el jugador empedernido,
Como a la botella el borracho,
Como a los gusanos la carroña,
—¡Maldita, maldita seas!
He implorado a la espada rápida
La conquista de mi libertad,
Y he dicho al veneno pérfido
Que socorriera mi cobardía.
¡Ah! El veneno y la espada
Me han desdeñado y me han dicho:
"Tú no eres digno de que te arranquen
De tu esclavitud maldita,
¡Imbécil! — de su imperio
Si nuestros esfuerzos te libraran,
Tus besos resucitarían
El cadáver de tu vampiro!"
1855.
Los Bardos
Conexión latente
Amar al
cosmos y al caos
revolcarme
en los jardines
moras arrebatada
miel
devorando
párpados en silencio
en el
ovo tatuado
castigo
eternamente justo
para
aquellos que ven tras el recuerdo
inhóspito
paisaje de algunos
la era
de sublime esperanza marcada por la lucha
del
equinoccio
cordón
del tiempo
amamantándome
de ciclos
en la
boca infinita
a la
deriva externa
Me he
revolcado en los cristales
del
reino oculto
desenvolviendo
la tempestad
mis
destellos azulados
en la
difícil tempestad
varias
de mis condiciones mermadas
para
surgir del régimen acuoso
mar duro
en el
tiempo azulado
Niña
mía, puedo nombrarte con todos los elementos y ninguno reemplaza tu universo
fragmentos
de cielo incrustados en tu piel
resplandeciendo
en el instante
A mis
pies se derrama el tiempo
traspasa
el delirio inocente de mi tercer ojo
en
llanto orbital
para que
cada una de sus lágrimas recobre la memoria
y sea
savia del árbol que espera por siempre
En el
sueño voy como silencio crecido en muertos
universo
absorbiéndonos
alaridos
en los dedos
espasmo
en la orilla
atravesado
por estrellas que caen en la inocencia escarlata
perdidos
en la batalla
triturados
en el vaivén del cielo
repartidos
en el vacío
órbita
olas
arena
diminutos
ojos retrayéndose
atravesado
de lado a lado
por la
extinción de una galaxia lejana
corre el
llanto en los espejos
reventando
en la atmósfera
frío
sin
gravedad
CasR
CasR
Rafael Martel
PERVERSIONES SENSORIALES
Siente
el placer
De la mano devuelta
Cuando tus ojos y
Tus dientes
Te sean desencajados.
Escucha el clamor
De la bestia
Cuando triunfes
Y seas coronado con un
Premio de espinas.
Observa la tristeza
De tu tierra
Desgarrada
Por la sangre esparcida
De tu hermano.
LA
INSPIRACIÓN O LA CONSAGRACIÓN DEL INSTANTE
Campo yerto
campo frío
prado muerto
Muero en mi empresa
muero en el son
del cantar vacío
al nacimiento.
El canto, mi llanto
espanto a la humanidad
mi acto sublime
de eternidad.
Soy oído,
palabra y boca
Soy oído,
palabra y boca
y mis conjuros
son oración.
Voy y entro
salgo y soy
esta es mi letanía
y expiación.
Canto yerto
canto frío
acto muerto
de mi confín vacío
Rafael Martel
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